DESDE EL CORAZÓN
La oscuridad da miedo, la oscuridad da tanto temor que te somete al pasado, te somete a el “atrás”; es húmeda y solitaria, es una triste naufraga que aún no ha conseguido una orilla para arribar.
Es tan deprimente que te ata y lleva a las profundidades no solo a ti sino también a los tuyos, ¿Qué puedes hacer…? Sueña, no le temas al mañana…
Vive, respira y siente… no el vacío de lo superfluo, siente la plenitud de lo completo, la profundidad de lo profundo.
Ama, salva, ayuda… no dejes que el rencor y el dolor se apoderen de ti. Mira el mañana con esperanza, trabaja por esa esperanza y en lo posible no lo hagas solo.
Llora, ríe, reflexiona y mejora… no por hoy, no por mañana sino por siempre para que sea un proceso que te refine con el tiempo.
Sueña… en serio, ¡hazlo! Sueña con ese futuro mejor que es real y no imposible; por favor ama a los tuyos mientras están contigo, puede que mañana falten o que tú faltes. Sal de la cueva que te relega al dolor y al mórbido temor, sal a la luz, quédate en ella… y brilla.
Recuerda: ¡serás lo que quieras ser!
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